Dilo y tal vez lo recuerden, Escribelo y si lo olvidan volverán a leerte.

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sábado, 2 de agosto de 2014

La Cueva de los Lobos: el concurso de “Elevator Pitch” del Tecnológico de Monterrey,

Por: Rosario del Carmen Flores Vallejo.

Todos tienen ideas, algunos las ponen a prueba. Pero sólo unos cuantos entran a la Cueva de los Lobos: el concurso de “Elevator Pitch” del Tecnológico de Monterrey, que consiste en realizar una presentación oral (de forma breve y concisa) de un proyecto de negocios en 3 minutos. Y pocos salen victoriosos para contarlo.





La contienda estaba por comenzar y el latir de un corazón era el único sonido que inundaba la sala con sus más de 300 asistentes. De entre 170 proyectos, yo ya estaba en la final. Todo estaba listo después de 4 meses de preparación y más de 3 años de trabajo, fueron seleccionados los dos proyectos de Biotecnología con los que apliqué a la convocatoria: NANOCURE “Nanobiotecnología dirigida a la erradicación de Helicobacter pylori de la cavidad gástrica y B-OPUNCTIA “Bioparche de nopal para la reducción de glucemia en sangre y promoción de la renovación celular en heridas.”

Todo estaba listo las cámaras para transmisión en línea del evento a 3 o más universidades; los reflectores apuntando al escenario; 6 jueces, todos expertos en emprendimiento; y yo. El latir se silenció y de pronto llegó la hora: “¡Adelante Rosario Flores Vallejo! Los 3 minutos más importantes de tu vida están por comenzar”.

Al término de los 3 minutos de la presentación y de haber contestado las preguntas del jurado, el salón se llenó de una ola de aplausos y mi corazón volvió a latir, al parecer la presentación del proyecto era un éxito. En esa primera edición los proyectos que presenté obtuvieron el 3er Lugar y Voto alumno del concurso.


Cuando se publicó la convocatoria primera edición había concluido el 6° semestre de mis estudios en Ingeniería en Biotecnología dentro del Campus. Al ver la convocatoria y las competencias que demostré durante mi trabajo en el Departamento de Biotecnología de la ESIABA, me incentivó a presentar en La cueva de los Lobos. El reto no fue nada sencillo, pero lo acepté ya que mi pasión por los proyectos presentados, la Biotecnología y lo que representa para mi comunidad el desarrollo de la ciencia, fueron incentivos mucho más fuertes que el miedo o cualquier obstáculo que hubiera estado presente. Aún lo siguen siendo.

Ahora que concluyó la segunda edición de La Cueva de los Lobos, en la cual mi equipo llegó a la semifinal con el proyecto: BIOESCENCE “Dispositivo Biosensor Universal auxiliar en el Diagnóstico Clínico”, puedo decir que gracias al apoyo de mi Director de Carrera el Dr. Ashutosh Sharma y a que conté con la ayuda de asesores del Parque Tecnológico pude adquirir dichas habilidades para desarrollar resúmenes ejecutivos, crear infografías altamente explicitas del proyecto y plantear el modelo de negocios más efectivo para ambos proyectos.


El formato de Elevator pitch del concurso me dejó echar vistazo a lo que se enfrentan los emprendedores en el mundo de los Empresarios de las Start Ups y Business Ventures. Me pude percatar que el invertir en la Investigación en Biotecnología para el desarrollo de negocios en ciencias de la vida, aunque inicialmente es intrínsecamente riesgoso, es una excelente oportunidad para potenciar el desarrollo económico y tecnológico en México.

Mi participación en las dos ediciones del concurso que prometió convertirse en los 3 minutos más importantes de mi vida, fue una de las experiencias de aprendizaje más valiosas en mi desarrollo profesional. Ya que pude aprender una serie de nuevas habilidades para presentar de manera efectiva un proyecto de Investigación Biotecnológica como una Idea factible ante un jurado experto en Negocios. Y lo que es para mí aún más importante es que derivado de la experiencia en Cueva de Lobos entendí que: Para hacer Buenos Negocios en Ciencias de la Vida, primero hay que invertir en investigación para poder realizar Buena ciencia.


viernes, 1 de agosto de 2014

-Razón-


Si del mar nos faltara contar una gota de agua,
¿ya no es mar, y no es inmenso?
Si del cielo nocturno nos faltara contar un lucero,
¿ya no es cielo y no es eterno?
Si te explicara mi cariño
y me faltara, aún, contar una razón más,
¿sería suficiente para que pensaras
que no te quiero?



RCFV´14